lunes, 12 de mayo de 2014

ORÍGENES Y CENTENARIO DE LA LOGIA CUSCATLÁN

Enfrente de la U. está este monumento. Encontré el triángulo del Escudo Nacional; el ojo de la Trinidad. Iba a la iglesia de WILL CABRERA. No llegó a reunión.

Orígenes y centenario de la Logia Cuscatlán

Si te haz liberado de todo tipo de fanatismo RELIGIOSO...¡LEE ESTO¡
Jorge Alfredo Castillo /Politólogo
Viernes 5, octubre 2012 | 7:06 pm

La nobleza de sus principios, lo elevado de sus ideales y lo sublime de su accionarfilantrópico hacen de la Masonería una institución fundamental para el desarrollo de la humanidad. Desde sus orígenes ha sido considerada como una Escuela de Moral y de Virtud, que ejercita el altruismo, procura alejarse de toda actitud sectaria, fanática o religiosa y cree en un Gran arquitecto del Universo, que es Dios.

Por ingenuidad, desconocimiento, maldad o crasa ignorancia de algunos, sus principios y propósitos han tratado de ser distorsionados y criticados mordazmente. Los actuales tiempos muestran una mayor apertura masónica y naturalmente esto ha servido para confirmar que “la luz siempre termina de penetrar las tinieblas y sacar a flote la verdad”.

El 9 de enero de 1871 se instaló en Costa Rica el Supremo Consejo Centroamericano, después de independizarse del Gran Oriente Neogranadino de Cartagena, Colombia. Nueve meses después, el 30 de septiembre de 1871, se instaló en El Salvador la Logia “El Progreso No. 5”, destacándose entre sus fundadores y asistentes al acto a personalidades de la talla de Don Manuel Méndez, Vicepresidente de la época; Don José Presentación Trigueros, Ministro del Interior y Don Juan José Cañas, además de otros ilustres ciudadanos del país y del istmo.

No habían transcurrido seis meses, cuando el Obispo salvadoreño Tomás Pineda y Zaldaña denunciaba que la fundación de esta Logia representaba un grave peligro para la Iglesia y para El Salvador, dado que los Masones habían ensangrentado el antiguo mundo mediante las revoluciones modernas. El desconocimiento del Obispo en cuestión, respecto a la génesis filosófica y doctrinaria masónica era evidente; olvidando por ejemplo que un 29 de agosto de 1865, el Presbítero Francisco Calvo, sacerdote católico, organizó la primera logia masónica en Centroamérica denominada “Caridad No. 26”, instalada en Costa Rica.

Los orígenes de la institución masónica en El Salvador configuraron un período difícil, tomando en cuenta los ataques contra ésta. Así, el 9 de abril de 1872 el Obispo Auxiliar, José Luis Cárcamo y Rodríguez, dirigió una pastoral a la feligresía en la que lamentaba y condenaba la proliferación de literatura que defendía a la institución masónica recién establecida, recordándoles que este tipo de literatura estaba prohibida por el Papa Pío IX, so pena de excomunión.

Más de cien años después, se comprende que este tipo de reacciones eran absolutamente lógicas ante la pérdida de privilegios del clero, la imposibilidad que tuvo para evitar las reformas constitucionales de 1871-1872 y la suspensión del Concordato con la Santa Sede, entre otras.

La historia registra que cuando se menoscaba influencia y poder en algún grupo o sector ocurren reacciones similares, en distintos planos y variados escenarios. En honor a la verdad, podría afirmarse que existió relación entre la fundación de la primera logia masónica y el inminente proceso de secularización del Estado salvadoreño, tal como se sostiene en el Estudio sobre los Orígenes de la Masonería en nuestro país, publicado en la Revista de Estudios Históricos de la Masonería Latinoamericana y Salvadoreña, en la que por cierto participó el Historiador y Sacerdote Jesuita, José Antonio Ferrer Benimeli, en su condición de integrante del Consejo Científico, quien recientemente estuvo de visita en el país.

A pesar de la oposición y lejos de debilitarse, la masonería salvadoreña se fortaleció, como lo ha hecho siempre en circunstancias extremas. Esto fue así por tener de su parte poderosas razones como: unidad de pensamiento, nobleza de fines y comunidad de sentimientos; pero también por la justeza de sus luchas y por contar dentro de sus filas con hombres valientes, libres y de buenas costumbres, que coadyuvan con la práctica de la justicia y su colaboración desinteresada a resolver los grandes problemas que aquejan a sociedades como las nuestras.

Recientemente se ha celebrado el centenario de fundación de la “Gran Logia Cuscatlán”, que desde 1997 preside el Respetable Gran Maestro Nicolás Salume Barake, cuyo incuestionable e imperecedero legado humanístico lo refleja la reconstrucción de todo un pabellón del Hospital Nacional de Santa Ana, la ayuda brindada al Hospital de Niños “Benjamín Bloom”, la solidaria asistencia humanitaria que la Gran Logia ha prestado en diversos desastres naturales y la constante preocupación por el mejoramiento de la calidad humana, desarrollo y calidez de los Masones que integran los diversos Talleres de la centenaria institución.

Uno de los principales legados que deja el Respetable Gran Maestro Salume, lo constituye el hecho que por primera vez en la historia del país, se cuenta con un “Monumento al Masón Salvadoreño”, inaugurado el pasado 22 de septiembre por Don Nico, como le llaman quienes le aprecian, a inmediaciones del redondel de Cancillería. Este monumento recoge y proyecta el honor que todo Masón siente, de pertenecer a la más sublime de las instituciones humanas, fundada sobre los principios de la Ley Natural, que mantiene una inamovible creencia en un Dios Único, que sostiene la inmortalidad del alma, que ejercita el amor a la humanidad y que cuenta con miembros que se esfuerzan en practicar, en todo tiempo y lugar, la fraternidad universal, liberados de todo tipo de fanatismos.


















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